Paz Errázuriz
REALIDADES QUE ROMPEN TABÚES
Denunciar los actos brutales de quienes abusan del poder no es una tarea sencilla ni cómoda. Amenazas, censura y represalias son riesgos reales para los que deciden hacer visibles los mecanismos de opresión, corrupción y violencia utilizados en momentos de despotismo. Por fortuna, el compromiso político de activistas, artistas y periodistas ha permanecido aún en los períodos históricos más aciagos.
La fotógrafa Paz Errázuriz es un caso ejemplar en ese panorama. Su perspectiva crítica parte de la búsqueda de los recovecos más incómodos de lo cotidiano para cuestionar la realidad impuesta por las clases dominantes y, al mostrar esos recovecos, dignifica la vida de los desplazados, de aquellos que son rechazados por el sistema y que no figuran en los discursos oficiales. La mirada de Errázuriz se ubica en la periferia del poder.
La obra de Errázuriz irrumpe en Chile a mediados de los años setenta tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet. Ante las vejaciones cometidas por las autoridades en contra de grupos vulnerables, la fotógrafa se dedicó a retratar, en blanco y negro, los rostros de los sujetos que no encajaban con las normas de comportamiento instauradas durante la dictadura: individuos recluidos en psiquiátricos, manifestantes contra el régimen, indigentes desprotegidos, travestis perseguidos.
La exposición retrospectiva que presenta el Museo Amparo dentro del marco de la segunda edición del Festival Internacional de Fotografía FotoMéxico, es una oportunidad única para conocer el contexto social del Chile de las últimas décadas. Más de 100 obras, entre fotos, videos y documentos, que dan testimonio de la actividad de la fotógrafa durante la dictadura militar y los tiempos posteriores que trajeron la democracia desde 1990 hasta llegar a la actualidad.
La curaduría de la muestra –realizada por Juan Vicente Aliaga– organiza las fotografías de forma cronológica a través de 10 núcleos temáticos que demuestran intereses por contar historias que con frecuencia pasan inadvertidas: Agentes y espacios del devenir social; Las edades de la vida (y la muerte); Reclusión, lucha y resistencia; Exéresis; La desaparición de una etnia; Fortaleza y debilidad; Impedimentos de la mirada; El circo y El sexo, instrumento de supervivencia.
En cada uno de ellos el visitante encontrará imágenes que documentan las historias y los secretos escondidos en el mundo diario de los marginados, como en las series Los Dormidos y Los Nómadas del Mar, que registran vagabundos descansando a la intemperie y la cultura indígena en vías de extinción, respectivamente, para desmitificar los relatos heroicos del progreso.
En cada retrato destaca la mirada humanitaria de las imágenes captadas por su cámara, producto de un método de trabajo basado en la convivencia, confianza y el respeto mutuo. Ya sea que se trate de la desnudez de personas de edad avanzada, mujeres trabajando en distintos oficios, la cotidianeidad de una etnia, los cuerpos frágiles de hombres dedicados al boxeo o la realidad invisible de los invidentes, Errázuriz logra romper tabúes y luchar por los derechos humanos a través de su lente.
Este jueves 13, a las 11 horas, en el Salón Blanco del Museo Nacional de Bellas Artes, la curadora y teórica Nelly Richard dialogará sobre su proyecto curatorial Poéticas de la Disidencia, que cuenta con obras de Errázuriz y Rosenfeld y que actualmente representan a Chile en la 56° Bienal de Venecia.
A través de este proyecto se acopla la práctica creativa de Paz Errázuriz, destacada fotógrafa conocida por sus honestos retratos de personas que viven en los márgenes de la sociedad chilena, y Lotty Rosenfeld, una artista del video y la performance cuyo nombre es sinónimo de arte político en espacios públicos en Latinoamérica. Curada por Nelly Richard, una de las más sobresalientes teóricas de la cultura escribiendo en la Latinoamérica de hoy, la exhibición ofrece comentarios incisivos sobre el paso del país desde la dictadura a la era democrática post-transición.
Por primera vez, el concepto del Pabellón de Chile en la Biennale di Venezia fue seleccionado en una convocatoria pública. Poéticas de la Disidencia fue anunciada como la propuesta ganadora por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) con las siguientes palabras de la Ministra de Cultura del Chile, Claudia Barattini, sobre el proyecto: "Queremos que nuestros artistas y creadores sean conocidos y valorados más allá de las fronteras del país, especialmente en un evento de la enorme importante que tiene la Biennale di Venezia. Estamos particularmente orgullosos porque el proyecto seleccionado presenta mujeres cuyo trabajo es esencial para entender nuestra escena artística contemporánea y el contexto sociopolítico de Chile".
A través de este proyecto se acopla la práctica creativa de Paz Errázuriz, destacada fotógrafa conocida por sus honestos retratos de personas que viven en los márgenes de la sociedad chilena, y Lotty Rosenfeld, una artista del video y la performance cuyo nombre es sinónimo de arte político en espacios públicos en Latinoamérica. Curada por Nelly Richard, una de las más sobresalientes teóricas de la cultura escribiendo en la Latinoamérica de hoy, la exhibición ofrece comentarios incisivos sobre el paso del país desde la dictadura a la era democrática post-transición.
Por primera vez, el concepto del Pabellón de Chile en la Biennale di Venezia fue seleccionado en una convocatoria pública. Poéticas de la Disidencia fue anunciada como la propuesta ganadora por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) con las siguientes palabras de la Ministra de Cultura del Chile, Claudia Barattini, sobre el proyecto: "Queremos que nuestros artistas y creadores sean conocidos y valorados más allá de las fronteras del país, especialmente en un evento de la enorme importante que tiene la Biennale di Venezia. Estamos particularmente orgullosos porque el proyecto seleccionado presenta mujeres cuyo trabajo es esencial para entender nuestra escena artística contemporánea y el contexto sociopolítico de Chile".
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