¿cómo y por qué le vuelve a crecer, una y otra vez, la cabeza al rey?

En el primer volumen de "La historia de la sexualidad", Foucault sentencia: "En el pensamiento y en el análisis político, aún no se ha guillotinado al rey." En esa frase exquisita se condensa su alejamiento respecto de la episteme política clásica y en ella es posible rastrear todo el autonomismo, sobre todo el argentino con el famoso libro de Ignacio Lewkowicz "Pensar sin Estado". El problema es que ni Foucault ni los autonomistas nos pueden explicar lo esencial: cómo y por qué le vuelve a crecer, una y otra vez, la cabeza al rey. Sin esa pregunta por la centralidad del Estado represivo y su capacidad de re-nacer (gatopardismo dice Andrés Daín) seguimos tres o cuatro pasos atrás de la nueva-vieja derecha. 2001 fue una guillotinada, sí, pero también una re-figuración de todo el cuerpo estatal.

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