Intempestiva sobre el fascismo postmoderno


¿En qué consiste la actualidad del discurso PRO-patronal? No tanto en una sistemática invectiva contra las organizaciones, derechos y conquistas de los/las trabajadores/as (eso lo hacen siempre), sino en el señalamiento continuo de que los/as trabajadores/as deben renunciar a ellos para combatir la desocupación. Una incesante interpelación mass mediática para que los/las trabajadores/as más acomodados se pongan en el lugar de los más desfavorecidos. Una insidiosa convocatoria a una empatía que consiste no en solidarizarse con las luchas de las/los de abajo, sino en renunciar a los “privilegios”propios para compartir su suerte. Y con esa fofa prédica moral las patronales de todo nivel y pelaje logran denostar las“mezquinas” e “insolidarias” luchas del movimiento obrero organizado, poniéndose en el lugar de defensores morales del proletariado pobre y ausente. Macri apunta contra las conquistas del movimiento obrero, en nombre de generar más empleo y de combatir la pobreza. Mestre logró la adhesión de propios y extraños, anatemizando la huelga de choferes y trolebuseras, embanderándose en la defensa del vecindario laburante afectado por la huelga.
Se trata de una formación discursiva en la que el paternalismo y la gerencia de recursos humanos se subliman en desmedro de la autoorganización y la lucha de los/las trabajadores/as (las palabras de Patricia Bullrich respecto de Pepsico resultan, en este sentido, una muestra patética y palpable). Mas ¿por qué resulta tan eficaz?, entre otras cosas porque se asienta en los prejuicios morales del buen sentido, que no acierta a ver que las luchas parciales del movimiento obrero –aun con todas sus taras corporativistas-, ponen en cuestión la universalidad de las relaciones entre capital-trabajo (ese era el secreto de la ira que despertó la huelga del transporte aquí en la docta). Mientras que el “interés general” defendido a diestra y siniestra por la así llamada “opinión pública” no es más que, precisamente, “la generalidad de los intereses egoístas”. Allende a esto, por lo demás, se monta el recurso a la estigmatización, criminalización y toda la parafernalia de un ordenamiento simbólico que racializa las relaciones sociales, etc. Pero todo sobre la base presentar el discurso PRO-patronal como un eficaz alegato de defensa del abigarrado campo de “las/los laburantes”.
¿Y qué resulta de esta conjunción?, ¿qué de esta racialización conjugada en defensa de "las/los laburantes"? ¿Qué de esta embestida contra el derecho a huelga, etc. en nombre de la defensa "del trabajo"?. El reverdecer del fascismo bajo un formato postmoderno. 
Por orko de la puntaniatomandoelcieloporasalto@hotmail.com

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