Esto no es menor. Es algo más de todas esas cosas que nos faltaron pensar sobre la derecha y su re-re-re-re-articulación neoliberal. Es la muestra de un saber muy concreto, de un saber-hacer muy específico que se ha ido produciendo silenciosamente en la cofradía de las más diversas instituciones -las ONG's, las Fundaciones, las Universidades privadas, los circuitos artísticos de "gestión" cultural, la literatura de autoayuda, la composición fitness del cuerpo, las prácticas del cuidado psíquico y emocional, y claro, como ya todos sabemos, la recomposición lábil del empresariado y sus funciones "ambientales" y "sociales" determinantes. Se trata de un mismo enunciado (hay que volver al Foucault estructuralista!), un enunciado harto diferente al del individualismo burgués y egoísta. Es un enunciado que de algún modo busca lo "común". Este "entusiasmo" que propone el mentor de la inteligencia PRO tiene una ingeniería muy precisa: la de saber-hacer una comunidad plural y tolerante que sólo acepta constituirse como tal a condición de eliminar "las trabas históricas del pasado" (que no son sino formas conflictivas en que se inscribe la memoria y sus imágenes) para abrirse al futuro, siempre redentivo. "Entusiasmo", "Superación del Melodrama" y "Ganas de vivir" es la utopía de la derecha. Hoy la derecha es utópica y progresista. Frente a ella, sólo una "izquierda que sepa ser conservadora", como bien la supo reclamar Diego Tatián en 2007, es legible y potente.
por Manuel Moyano
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