justicia es que no vuelva a pasar

Me gusta la frase "justicia es que no vuelva a pasar", y me gustaría mucho poder usarla para hablar, por ejemplo, de cuestiones intersex. Y es cierto: para nosotr*s también "justicia es que no vuelva a pasar", pero la verdad es que la misma frase no deja de invocar dos supuestos que hoy, al menos, no puedo ignorar. 
Para que justicia sea que no vuelva a pasar eso que pasó debería, alguna vez, dejar de pasar -lo que es decir, estar abierto a la posibilidad de devenir pasado y de tener un futuro. Sin embargo, la tortura tiene su propia cronología, extendida en y a través del cuerpo como un presente de extenuación continuo, en el que solo existe el pasar de lo que sigue pasando. 
Para que justicia sea que no vuelva pasar debería ser posible creer, afirmar, sostener, suponer, esperar que, en primer término, exista la justicia como posibilidad. Debo reconocer que no creo, afirmo, sostengo, supongo o espero nada de esa posibilidad, todo lo contrario: digo que, pase lo que pase, no hubo, no hay, no habrá justicia. Que no vuelva a pasar le restará sin dudas más cuentas imposibles de saldar al debe de la injusticia, pero ¿acaso se paga alguna deuda impaga e impagable en la discontinuidad supuesta de los tiempos?
Justicia no es, no ha sido, no será -por eso es justamente tan importante que eso que nos pasa no le pase a nadie más, nunca más.

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