Los recientes "atentados" no son simplemente "atentados" sino el modo de la guerra civil global a la que hemos desembocado después de más de dos décadas de intervención de los EEUU y sus comparsas europeas. Durante este corto tiempo, la noción de "guerra" ha mutado decisivamente: desde la Guerra del Golfo de 1991 (que no fue una guerra en sentido westfaliano) pasando por la de los balcanes en la ex-yugoslavia, proyectando la entrada en Afganistán y la invasión a Irak durante el año 2003. De la guerra "finita" característica del modelo westfaliano, se pasó a la guerra "infinita" propia de la nueva situación global. Si el primer modelo implicaba una matriz estatal-nacional que encontraba en el ejército su forma bélica propia y en las fronteras su espacio y tiempo acotado, el segundo asume una matriz financiera-global que encuentra en la policía su expansión planetaria en un espacio y tiempo propiamente "infinitos". La guerra se ha normalizado o, lo que es igual, se ha vuelto "civil". Pero si es así, es porque la ciudadanía se encuentra permanentemente suspendida. Terrorismo es el nombre del proceso que ha conducido a miles de pueblos a ser parte de la guerra civil global contemporánea. Por eso, he venido sosteniendo que Siria no está en guerra civil, es el mundo el que está en guerra civil en Siria.
Rodrigo Karmy
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