Critica de la somato-politica



por orko de la puntania tomandoelcieloporasalto@hotmail.com

Los gurús de izquierda de la vieja Europa colonial se obstinan en querer explicar a los activistas de los movimientos Occupy, del 15M, a las transfeministas del movimiento tullido-trans-puto-maricobollero-intersex y postporn que no podemos hacer la revolución [oh, “la revolución”, que vocablo tan propio del léxico de “la vieja izquierda” el vuestro!!]. porque no tenemos una ideología. Dicen «una ideología» como mi madre decía «un marido» [Y usted dice “la revolución” como los curas aún dicen“la salvación”]. No necesitamos ni ideología ni marido. Los transfeministas no necesitamos un marido porque no somos mujeres [¿Y quién le dijo a usted que las “mujeres” precisan de un “marido”. Cierto, cierto. Su mamá. Mas tenga cuidado mi estimadx legionarix que las viejas anarcas le enseñarán a usted cuantos pares son tres botas]. Tampoco necesitamos ideología porque no somos un pueblo [¿Y quién le dijo que “un pueblo” necesita de “una ideología”?. Cierto, cierto, “los gurús de izquierda de la vieja Europa colonial”. De todas maneras, este párrafo parece que se lo hubiesen dictado lxs“gurús” neoliberales del fin de la historia]. Ni comunismo ni liberalismo [Interesante, esto de una “ideología” (o dos) le permite forcluir la materialidad capitalista. Vaya operación más ideológica ésta]. Ni la cantinela católico-musulmano-judía [más si toda las cantinelas anarquismo posanarquista propia de la vieja “nueva izquierda”]. Nosotros hablamos otras lenguas [Usted(es), al parecer, sigue(n) usando el universal masculino de “las lenguas” patriarcales]. Ellos dicen representación. Nosotros decimos experimentación [esto ya lo decían los viejos “gurús” de la “Europa colonial”]. Dicen identidad. Decimos multitud. Dicen lengua nacional. Decimos traducción multi-código [esto ya lo decía el viejo e hipócrita cosmopolitismo burgués]. Dicen domesticar la periferia. Decimos mestizar el centro [“mestizar” la periferia fue una operación colonial; “Mestizar el centro” es suponer, un tanto ingenuamente, que se trataba de un centro “puro”]. Dicen deuda. Decimos cooperación sexual e interdependencia somática [la “cooperación sexual e interdependencia somática” es algo tan viejo y“natural” que ha sido organizada en forma patriarcal y heteronormada ya desde el antiguo testamento y más allá]. Dicen desahucio. Decimos habitemos lo común [¿y es que acaso el comunismo apostólico de lxs primeros cristianxs no decía lo mismo?. Oh, las viejas cantinelas!]. Dicen capital humano. Decimos alianza multi-especies. Dicen diagnóstico clínico. Decimos capacitación colectiva. Dicen disforia, trastorno, síndrome, incongruencia, deficiencia, minusvalía. Decimos disidencia corporal. Un tecno-chamán de la Pocha Nostra vale más que un psico-negociante neo-lacanicano y un fisting contra-sexual de Post-Op es mejor que una vaginoplastia de protocolo. Dicen autonomía o tutela. Decimos agencia relacional y distribuida [como si “la autonomía o tutela” no fueran, precisamente, formas de “agencia relacional distribuida”]. Dicen ingeniería social. Decimos pedagogía radical [para “los gurús” neoliberales la ingeniería social y la pedagogía radical son sinónimos. Eso, mi querídx es algo que debería de haber aprendido de Foucault]. Dicen detección temprana, terapia genética, mejora de la especie. Decimos mutación molecular anarcolibertaria. Dicen derechos humanos. Decimos la tierra y todas las especies que la habitan tienen también derechos. La materia tiene derechos [A la mierda el anarquismo, ustedes, por lo que se ve siguen hablando el lenguaje del “viejo y colonial” Estado de derech@]. Dicen carne de caballo en el menú. Decimos subámonos a los caballos y escapemos del matadero global [oh, cuánto radicalismo!. Ustedes se “suben” a los caballos para “escapar”. Al menos pudieran respetar “el derecho” de “los caballos” de que nadie se les “suba” encima. Ya vemos a que se reduce vuestra “alianza multi-especies”]. Dicen que Facebook es la nueva arquitectura de lo social. Nosotros llamamos, con la Quimera Rosa y Pechblenda, a un cyberaquellarre de putones geeks. Dicen que Monsanto nos dará de comer y que la energía nuclear es la más barata. Decimos saca tu pezuña radiactiva de mis semillas [“tu pezuña”,“mis semillas”, que lenguaje tan propio de los discursos del “capital humano”]. Dicen que el FMI y el Banco Mundial saben más y toman mejores decisiones. Pero, ¿cuántos transfeministas seropositivos hay en el comité de dirección del FMI? ¿Cuántas trabajadoras sexuales migrantes pertenecen al cuadro directivo del Banco Mundial? [Y ahora la demanda por la“inclusión”. Ya vemos que a que se reduce la “mestización del centro”, a los tópicos por la inclusión del viejo reformismo progresista de la “vieja Europa colonial”]. Dicen píldora para prevenir el embarazo. Dicen clínica reproductiva para convertirse en mamá y papá. Decimos colectivización de fluidos reproductivos y de úteros reproductores [la vieja cantinela anarco-comunista de la “abolición de la familia”]. Dicen poder. Decimos potencia [y ahora la vieja cantinela anarco-liberal que ve en “el mal” en “el poder”. Ya me imagino “la potencia” de las risotadas foucaultianas ante estos decires]. Dicen integración. Decimos proliferación de una multiplicidad de técnicas de producción de subjetividad [integradas al Banco Mundial y el FMI]. Dicen copyright. Decimos código abierto y programación estado beta: incompleta, imperfecta, procesual, colectivamente construida, relacional [“mis semillas” no dice esto]. Dicen hombre/mujer, blanco/negro, humano/animal, homosexual/heterosexual, válido/inválido, sano/enfermo, loco/cuerdo, judío/musulmán, Israel/Palestina. Decimos ya ves que tu aparato de producción de verdad no funciona… [dicen “izquierda”“madre”“marido”“Europa”“centro”“periferia”,“judío-musulmán-católica”“caballos”, etc. Decimos, ya ves cómo es que funciona vuestro aparato de producción de verdad?]  ¿Cuántas Galileas nos harán falta esta vez para aprender a ponerle un nombre nuevo a las cosas? [ponerle nombre a las cosas; oh, el génesis!!; oh, el mundo como imagen y representación!!; oh, las palabras y las cosas!!; etc.].  Nos hacen la guerra económica a golpe de machete digital neoliberal. Pero no vamos a ponernos a llorar por el fin del Estado benefactor, porque el Estado benefactor también tenía el monopolio del poder y de la violencia y venía acompañado del hospital psiquiátrico, del centro de inserción de discapacitados, de la cárcel, de la escuela patriarcal-colonial-heterocentrada. Llegó la hora de someter a Foucault a una dieta tullido-queer y empezar a escribir La Muerte de la Clínica. Llego la hora de invitar a Marx a un taller eco-sexual. No queremos ni velo ni prohibición de llevar velo: si el problema es el pelo, nos lo raparemos. No vamos a entrar en el juego del Estado disciplinario contra el mercado neoliberal. Esos dos ya llegaron a un acuerdo: en la nueva Europa, el mercado es la única razón gubernamental, el Estado se convierte en un brazo punitivo cuya función se limitará a recrear la ficción de la identidad nacional agitando la amenaza de la inseguridad. Necesitamos inventar nuevas metodologías de producción del conocimiento y una nueva imaginación política capaz de confrontar la lógica de la guerra, la razón hetero-colonial y la hegemonía del mercado como lugar de producción del valor y de la verdad. No estamos hablando simplemente de un cambio de régimen institucional, de un desplazamiento de las élites políticas. Hablamos de la transformación de “los dominios moleculares de la sensibilidad, de la inteligencia, del deseo”. Se trata de modificar la producción de signos, la sintaxis, la subjetividad. Los modos de producir y reproducir la vida. No estamos hablando sólo de una reforma de los Estados-Nación europeos. Estamos hablando de descolonizar el mundo, de interrumpir el Capitalismo Mundial Integrado [¿interrumpir?]. Estamos hablando de modificar la “Terrapolítica”. Somos los jacobinos negros y maricas, las bolleras rojas, los desahuciados verdes, somos los trans sin papeles, los animales de laboratorio y de los mataderos, los trabajadores y trabajadoras informático-sexuales, putones diversos funcionales, somos los sin tierra, los migrantes, los autistas, los que sufrimos de déficit de atención, exceso de tirosina, falta de serotonina, somos los que tenemos demasiada grasa, los discapacitados, los viejos en situación precaria. Somos la diáspora rabiosa. Somos los reproductores fracasados de la tierra, los cuerpos imposibles de rentabilizar para la economía del conocimiento. No queremos definirnos ni como trabajadores cognitivos ni como consumidores fármacopornográficos. No somos Facebook, ni Shell, ni Nestle, ni Pfizer-Weyth. Tampoco somos Renault o Peugeot. No queremos producir francés, ni español, ni catalán, ni tampoco producir europeo. No queremos producir [ja, recién decía que necesitaban inventar “nuevas metodologías de producción”, etc.]. Somos la red viva descentralizada. Rechazamos una ciudadanía definida a partir de nuestra fuerza de producción o nuestra fuerza de reproducción. No somos bio-operarios productores de óvulos, ni cavidades gestantes, ni inseminadores espermáticos. Queremos una ciudadanía total definida por la posibilidad de compartir técnicas, códigos, fluidos, simientes, agua, saberes…[pero, antes que nada, como “ciudadanía”. Eh aquí los límites “jacobinos” de la “revolución somatopolítica”]Ellos dicen que la nueva guerra limpia se hará con drones de combate. Nosotros queremos hacer el amor con esos drones. Nuestra insurrección es la paz, el afecto total. Ya sabemos que la paz es menos sexi que la guerra, vende menos un poema que una ráfaga de balas y una cabeza cortada pone más que una cabeza parlante. Pero nuestra revolución es la de Soujourneth Truth, la Harriet Tubman, la de Jean Deroin, la de Rosa Parks, la de Harvey Milk, la de Virginia Prince, la de Jack Smith, la de Ocaña, la de Sylvia Rae Rivera, la del Combahee River Collective, la de Pedro Lemebel. Hemos abandonado la política de la muerte: somos un batallón sexo-semiótico, una guerrilla cognitiva, una armada de amantes. Terror anal [ya me imagino a lxs habitantes de la palestina, Siria, Colombia, México, etc. tratando de hacer el amor con“esos drones”]. Somos el futuro parlamento postporno [oh la representación parlamaentaria!!], una nueva internacional somatopolítica hecha de alianzas sintéticas y no de vínculos identitarios. Dicen crisis. Decimos revolución [Ay la representación una vez más. ¿En nombre de quiénes habla usted?. ¿A quiénes representan sus decires?. Es interesante que en el Manifiesto Comunista Marx y Engels no hablaran por el proletariado, pero este “Manifiesto” de la “internacional somatopolítica” hable por todxs lxs “pobres y ausentes” de “Terrapolítica”].

Preciado, B. “Decimos revolución”. En Solá, Miriam y Elena/Urko (comp.) Transfeminismos. Epistemes, fricciones y flujos. Txalaparta, Tafalla, 2013.

Comentarios

  1. aplausos, sí. Aun si no estoy de acuerdo con todo, y xlx srtx. Preciado tiene ideas interesantes por momentos, sí que hace falta que se le diga algo como esto!

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