Lanata y la universalizacion de la logica cisexual

del muro de Mauro Cabral: 
"Facebook me pregunta qué estoy pensando, y lo que estoy pensando es lo siguiente: los dichos de Lanata horrorizan a todo el mundo, y yo no entiendo muy bien ese horror. El tipo es un comerciante que hace negocios con eso que vende: atacar sexualmente el derecho a la identidad. Ahora, la verdad es que a lo largo de los años me he encontrado con mucha gente que dice o escribe justo mismo que repite Latana, y del horror ni noticias: activistas cis-divers*s, feministas, lesbofeministas, periodistas, psicoanalistas, alumn*s, docentes e investigador*s... Basta con hacer un esfuerzo ínfimo de memoria para registrar que los dichos de Latana no se corresponden con ningún mal trascendental encarnado en el tipo, sino con un lugar común repetido hasta el hartazgo por quienes creen que un mínimo de transfobia es imprescindible para la vida.
Más aún, la verdad es que lo que diga Lanata no podría importarme menos -porque, la verdad, no tiene ninguna importancia. Es horrible y todo eso, pero es público, visible y audible, y se puede denunciar, comentar en las redes sociales, denostar en reuniones al compás del 'qué horror, qué horror'. Me importan más esas otras formas invisibles e inaudibles del horror, esas protegidas por su manto de corrección política, por la prolijidad de su plan de trabajo, por la claridad de su política de inclusión, por la naturalidad de sus procesos y, en general, por la persistencia feroz del cisexismo progre-radicaloso. Andá a denunciar la tranfobia de esas prácticas, andá a avisarle a alguien que eso que pasa chorrea cisexismo -andá y fijate que pasa.
Para ser más claro: me tiene sin cuidado Latana, porque sé que tengo que cuidarme en serio de gente que jode mucho más -esa a la que seguramente le horroriza Latana mientras se dispone a disfrutar de todo aquello que le toca en suerte cada día que vive y no es una persona trans."

CISEXISMO: La distinción entre hombres y mujeres y personas transexuales funciona sobre una lógica de distribución que privilegia el primer conjunto mientras que desconoce al segundo (o lo reconoce bajo el imperio de una cópula menor). La transexualidad viene a funcionar así como una marca que se cancela a sí misma: un hombre transexual es aquel que, a pesar de ser un hombre, nunca entrará en la distribución de los seres si no es como transexual, incluyendo la distribución diferencial de bienes, incluyendo la capacidad diferencial para nombrar. Hasta que alguien transexual, un día, dijo basta, y acuñó la palabra cisexual.
Los dos términos oponen dos prefijos latinos. “Cis” quiere decir “de este lado”, mientras que “trans” significa “del otro lado”. Esta oposición distingue entre dos experiencias básicas de la encarnación del género: la de los hombres y las mujeres que viven en el sexo que les fuera asignado al nacer y la de los hombres y las mujeres que en algún momento de su vida cambiaron de sexo. Bajo este régimen semántico, la experiencia de hombres y mujeres cisexuales se equipara a la de hombres y mujeres transexuales: ambas son experiencias marcadas, susceptibles de ser narradas por otro u otra que las distingue de las propias sin otorgarle, al mismo tiempo, superioridad discursiva alguna.

http://www.pagina12.com.ar/.../soy/1-803-2009-06-10.html

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