En simultánea esquizofrenia política Correa, parte de los líderes latinoamericanos a celebrar, sostiene autonomía, justicia social y un amplio repertorio de avances civiles. No obstante, en nombre de un liberalismo cristiano agazapado de sentido común, deberíamos condenar su postura, por varios motivos.
1. Porque no hay avances civiles sin equidad de género
2. Porque es un promotor (no un difusor, en un sentido negativamente liberal) de los ddhh y está violando principios jurídicos que en otros niveles defendería. Léase el principio de igualdad desde la diferencia, desde la inequidad.
3. Es complicado que un mandatario tome postura frente a semejantes luchas populares e históricas, puesto que clausura todo debate, cierra toda posibilidad de discución pública y crítica.
4. Menosprecia un conjunto amplio de movimientos sociales, no estrictamente feministas, que apoyan y trabajan por una agenda de igualdad de derechos.
5. Confundir ideología con creencias falsas, opiniendo de este modo, una versión naturalista-bioanatómica (de claros resabios católicos) en contraste con la ilusoria, ficticia e ideológica postura de género, es sin lugar a dudas, una falsa dicotomía, un planteo que peca de espurio.
6. Más allá y más acá, de toda polémica alrededor de los derechos sexuales y reproductivos, amalgamar el biologicismo con la igualdad supone que todo derecho debería partir de un estado de hecho, al menos, justo. Es decir, si el hombre y la mujer no deberían de poseer leyes que los igualen, ni mucho menos puedan ejercer el derecho a su propia identidad de género, entonces se desprende de ello, que la igualdad de género es una ilusión, que la desigualdad entre hombres y mujeres no es tal o por lo menos, no es preocupante.
7. En una estrategia que simplifica y vanaliza toda agenda igualitaria, tiende a disolver un problema más básico aún: el problema no es solo la desigualdad de género entre hombres y mujeres, sino el binarismo de género como sistema socio-político-corporal per se. Los esteriotipos de género que dividen dicotómicamente y aseguran un continuo entre sexo-género y deseo son parte del problema. Lamentablemente Correa sostiene una versión estricta y reduccionista de los roles de género. El género no es un lugar a ocupar con naturalidad y sencillez, sino con violencia y normas constrictivas, aún a pesar de lo accesible de la postura del mandatario ecuatoriano.
8. Nadie está libre de tirar la primera piedra, no hay homogeneidades en nuestrxs líderes del cono sur en materia de derechos sexuales y no reproductivo. Más bien, con buenas o malas intenciones, el rompecabezas es complejo e inconexo muchas veces. Bien sugestivo sería un foro del mercosur y del Alba sobre derechos sexuales y derechos humanos, poshumanos, panhumanos, indígenahumanos y tecnohumanos...
1. Porque no hay avances civiles sin equidad de género
2. Porque es un promotor (no un difusor, en un sentido negativamente liberal) de los ddhh y está violando principios jurídicos que en otros niveles defendería. Léase el principio de igualdad desde la diferencia, desde la inequidad.
3. Es complicado que un mandatario tome postura frente a semejantes luchas populares e históricas, puesto que clausura todo debate, cierra toda posibilidad de discución pública y crítica.
4. Menosprecia un conjunto amplio de movimientos sociales, no estrictamente feministas, que apoyan y trabajan por una agenda de igualdad de derechos.
5. Confundir ideología con creencias falsas, opiniendo de este modo, una versión naturalista-bioanatómica (de claros resabios católicos) en contraste con la ilusoria, ficticia e ideológica postura de género, es sin lugar a dudas, una falsa dicotomía, un planteo que peca de espurio.
6. Más allá y más acá, de toda polémica alrededor de los derechos sexuales y reproductivos, amalgamar el biologicismo con la igualdad supone que todo derecho debería partir de un estado de hecho, al menos, justo. Es decir, si el hombre y la mujer no deberían de poseer leyes que los igualen, ni mucho menos puedan ejercer el derecho a su propia identidad de género, entonces se desprende de ello, que la igualdad de género es una ilusión, que la desigualdad entre hombres y mujeres no es tal o por lo menos, no es preocupante.
7. En una estrategia que simplifica y vanaliza toda agenda igualitaria, tiende a disolver un problema más básico aún: el problema no es solo la desigualdad de género entre hombres y mujeres, sino el binarismo de género como sistema socio-político-corporal per se. Los esteriotipos de género que dividen dicotómicamente y aseguran un continuo entre sexo-género y deseo son parte del problema. Lamentablemente Correa sostiene una versión estricta y reduccionista de los roles de género. El género no es un lugar a ocupar con naturalidad y sencillez, sino con violencia y normas constrictivas, aún a pesar de lo accesible de la postura del mandatario ecuatoriano.
8. Nadie está libre de tirar la primera piedra, no hay homogeneidades en nuestrxs líderes del cono sur en materia de derechos sexuales y no reproductivo. Más bien, con buenas o malas intenciones, el rompecabezas es complejo e inconexo muchas veces. Bien sugestivo sería un foro del mercosur y del Alba sobre derechos sexuales y derechos humanos, poshumanos, panhumanos, indígenahumanos y tecnohumanos...
WalterEgo & Martin De Mauro Rucovsky 29-12-2013 Copyleft
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