¿Que hacer?


La resistencia a la mutilación genital intersex no puede adoptar la forma de un "qué hacer". Solo la medicina se arroga el poder de decidir "qué hacer", porque la medicina cree que Sabe -por ejemplo, cree que sabe cómo leer el futuro de las personas en la configuración de sus genitales. A ese supuesto Saber no se le puede oponer otro; solo se lo puede enfrentar con la repetición incesante del no saber. Por que no se sabe, precisamente, es que es mejor no cortar y coser. Nadie sabe cuál será el cuerpo que hará más feliz a tal o cual persona, ¿por qué mutilar la carne como apuesta a una felicidad siempre, y para tod*s, incierta? La intersexualidad aterroriza porque abisma preguntas que enloquecen: ¿qué es un hombre¿ ¿qué es una mujer? ¿qué es un ser humano, ¿qué es un cuerpo? ¿qué es un derecho, qué es la ley? ¿qué es el deseo? ¿y qué hay de la carne en todo eso? Cortar por lo sano -literalmente- parece ser la manera más rápida de sacudirse esas preguntas toda vez que reciben su actualización intersex. Y eso es lo más triste -porque en ese abismo nos miram*s tod*s, y a la angustia no la salva ningún tajo abierto en ningún quirófano sacrificial.
por Mauro Cabral

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