La filosofía política de Erik Satie: la intimidad colectiva


(...)Mi idea no consiste tanto en buscar un “co-inmunismo” como en revitalizar la idea de un verdadero comunismo. Pero, tranquilícense, se trata más del de Kafka que el de Stalin, más el de Erik Satie que el de Lenin. Efectivamente, en su último relato Joséphine la cantante o el pueblo de las ratas , traza la utopía de una sociedad igualitaria, un mundo con artistas, como esta cantante Joséphine, cuyo canto reúne, subyuga y deja pasmadas a las multitudes, y que es celebrada sin por ello obtener ventajas materiales.
Una sociedad de reconocimiento que mantiene lo ritual, revitaliza las fiestas de la comunidad, pero sin jerarquía ni gregariedad. Idem para Erik Satie. Sin embargo, todo parece alejar de la política al famoso autor de las Gymnopédies . El mismo declaraba componer una “música de amueblamiento”, una música ambiental o de fondo. Y no obstante fue miembro del Partido Comunista. De todos modos, lejos de escribir cantos de propaganda, él daba a escuchar una suerte de intimidad colectiva, justo lo opuesto a la música de ascensor. Y es esa mi idea del comunismo(...)
(...)A esas prácticas auto-disciplinarias, como en los deportistas, yo quiero agregar la heterotopía social. Por eso escribí el capítulo final de Vivre la fin des temps , donde vislumbro un espacio utópico comunista, refiriéndome a las obras que dan a ver y oír lo que podríamos llamar una intimidad colectiva. Me inspiro también en esas películas de ciencia ficción utópicas, donde hay héroes errantes y tipos neuróticos rechazados que forman verdaderas colectividades(...) 
Slavoj Zizek 
en diálogo con Peter Sloterdijk 
-La quiebra de la civilizacion occidental-


Josefina la Cantora o el pueblo de los ratones (Kafka). Josefina es una cantante que chilla más que canta. Sin embargo, ejerce un gran poder de convocatoria. Su pueblo, el de los ratones, no entiende de música ni de arte, pero la escucha atentamente porque es un momento en el que puede reposar de su incesante actividad. Josefina, a pesar de unir y de atraer a los ratones a su alrededor, se siente incomprendida. Todo el mundo la respeta pero nadie la comprende. Atrapados en una vida cotidiana y gris, los ratones no disfrutan de la juventud y han de luchar por sobrevivir cada día. Josefina, con su peculiar canto, les permite evadirse de su cruda realidad.


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