Nuestras inseguridades Tomo I Capítulo II: la CONSIGNA.


Son las once de la mañana del domingo 16 de Mayo. Me levantó sin saber por qué ni como, pero me levanto, esa fuerza depresiva de los domingos y me voy levantando.
Llego a la cocina y me estoy preparando un café (un tinto) cuando suena el teléfono. Me digo a mi mismo: “que desubicados a esta hora un domingo”. Mientras todos duermen, la apacible mañana empieza su rumbo de “domingo al mediodía: almuerzo familiar” (esa pesadilla programa, una película de terror “próximamente en carteleras: consulte a su sala de cine amiga”) y en un instante apenas todo será inundaciones de frases, palabras y palabras y verborragia de reclamos a los gritos o por lo menos en voz alta.
Así empieza la mañana
Suena el teléfono, atiendo con la certeza de que Abuela o Tía insisten en algún detalle del almuerzo o el aprobio de apurarse en la gesta alimenticia.
-Y respondo: “hola?” (Que desubicados ¡pienso).
-Me dicen del otro lado (y queda tan cerca el otro lado) “Si, hola habla  Graciela, la vecina acá de Ocaña, está tu mamá?”
-“mmm, no está.Salió” (pensando en la innecesaria charla madre-vecina y en lo encantada de mi madre de hablar con ella a esta hora un domingo).
-“Era para decirle que: ahora a las doce menos cuarto (o cuarto para las doce) vamos a prender las alarmas comunitarias, ustedes la tienen, no? (una pregunta con la fuerza de la insistencia declarativa)”
-“emmm, si si claro la tenemos acà”
-“Bueno, porque ahora a las doce menos cuarto vamos a prender las alarmar un rato nomàs, sin llamar a la policía, ESA ES LA CONSIGNA”, si?”
-“bueno, bueno, le digo” (ya con la cabeza agachada, pensando lo de la consigna: esa orden trascendental que nuestros soberanos representantes del barrio deliberan y nos los representados acatamos en nombre de nuestras inseguridades, de sentirnos más seguros al abrigo de CONSIGNAS)
-“ah, bueno, muchas gracias y que tengas un buen día amoroso”.
-“chau, chau…”
Sin hacer caso omiso,  fui a tomar mi café y seguí pensando. Otra vez el asecho, y sino le digo a madre? Y si alguien llama a la policía? Por qué la insitencia los domingos? La inseguridad està a la orden del día, y estos días son la repetición cotidiana, continuo de repeticiones de actos y afirmaciones, hasta cuando???.
-Vivimos la era del miedo (y sin soluciones cristianas de por medio, no hay rendención posible en nuestra era). Acercarse al vecino para restablecer lazos,conocer al otro/a, abandonar entonces, el miedo como estado de subjetivación no es abandonar la matriz normativa que lo genera.
-Como hemos de responder al contrato de protección a cambio de obediencia. -El fundamento de nuestro moderno estado burguès.-. La era del mierdo, la inseguridad como subjetividad política y nuestro 'estado de naturaleza'?
 Después de volver del almacén, escucho el sonido ensordecedor de las alarmas (incluyendo la de casa), es que decidí comentarle a Madre y ella con decidida convicción acató la CONSIGNA. L*s vecinos barren sus veredeas de tumulto de hojas secas de otoño y la nostalgia deprimente de un domingo se apodera de mi mirada, mis vecin*s que tanto pueden alabar a Lopez Murphy (en las navidades democráticas), algún*s votar a la alianza y tanto fortalecer sus lazos comunitarios en pos de la seguridad ciudadana, me hacen acordar a la tan proclama frase de Benjamin: ¿por qué la masa «de retrógrada frente a un Picasso se transforma en progresista frente a un Chaplin».

Copyleft 2010 /  Martin A. De Mauro



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