(...)"Se trata de estar atentos, dirá Bell Hooks al “sobrecruzamiento de opresiones” (interlocking opressions). No es simplemente cuestión de tener en cuenta la especificidad racial o étnica de la opresión como una variable más junto a la opresión sexual o de género, sino más bien de analizar la constitución mutua del género y la raza, lo que podríamos llamar la sexualización de la raza y la racialización del sexo, en tanto dos movimientos constitutivos de la modernidad sexo-colonial. Kimberly Crenshaw indicará la necesidad de evitar la creación de jerarquías entre las políticas de clase, raza, nación, sexualidad o de género y apelará por el contrario al establecimiento de una “interseccionalidad política” de todos estos ejes de estratificación de la opresión. Se trata, dice Avtar Brah, de pensar en una “política relacional”, de no compartimentalizar las opresiones, sino formular estrategias para desafiarlas conjuntamente apoyándose en un análisis de cómo se conectan y articulan”.(...)
(...)"Se trata de estar atentos, dirá Bell Hooks al “sobrecruzamiento de opresiones” (interlocking opressions). No es simplemente cuestión de tener en cuenta la especificidad racial o étnica de la opresión como una variable más junto a la opresión sexual o de género, sino más bien de analizar la constitución mutua del género y la raza, lo que podríamos llamar la sexualización de la raza y la racialización del sexo, en tanto dos movimientos constitutivos de la modernidad sexo-colonial. Kimberly Crenshaw indicará la necesidad de evitar la creación de jerarquías entre las políticas de clase, raza, nación, sexualidad o de género y apelará por el contrario al establecimiento de una “interseccionalidad política” de todos estos ejes de estratificación de la opresión. Se trata, dice Avtar Brah, de pensar en una “política relacional”, de no compartimentalizar las opresiones, sino formular estrategias para desafiarlas conjuntamente apoyándose en un análisis de cómo se conectan y articulan”.(...)
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