De filósofos reduccionistas y Erótica contemporánea

¿Como leer una obra?
Si a la erótica comtemporánea la pensamos desde el deseo, desde la irrupción de una multiplicidad de deseos, pluralidad y heterogeneidad de sexualidades, ontología del presente inédita en relación al cuerpo y el placer: desde aquí (coordenadas Sudamericanas) y desde allí (puente entre San Francisco - la Francia de los 70'-80') podemos leer la historia de la sexualidad de M. Foucault como parte de este nuevo escenario, o en términos foucoultianos un nuevo suelo espistémico un nuevo horizonte de lo posible-pensable . Ahora bien, ¿podemos pensar esta 'novedosa' ontología sexo-genérica solo como atributo de la liberación Gay?. Es decir, si las interpretaciones de una obra hacen a la obra misma, a la modos (históricos-hermeneúticos)desde donde nos aproximamos y abordamos una obra, como podemos entonces reducir los efectos de lectura (efectos políticos, culturales, simbólicos y conflictivos) a una lectura u otra, ¿no entonces hay una multiplicidad de recepciones-lecturas de una obra?. Me refiero específicamente a la nomenclatura que esboza Luis Diego Fernández (filósofo Lounge-cumbre del espasmodernismo dandy) sobre las que considera las dos grandes aproximaciones de la historia de la sexualidad: una con Buttler a la que designa como Queer studies o Gay, y otra heterosexual de la mano de M. Onfray (especie de Vedette filosóficx francesa). De nuevo y con insistencia, ¿por que reducir a una lectura (léase liberación gay), la recepción y la interpretación de una obra?. Más aún, porque asociar reductivamente los Queer Studies (dicho sea de paso: sólo nombra a J. Buttler) a la agenda política Gay. ¿Que entiende por Queer Studies?. En todo caso, si puede señalarse como un Ghetto las lecturas Queer, no debería pensarse unívocamente como un privilegio de emancipación Gay. No es una obra que tenga que ver con la emancipación gay, pero por que no Queer?. Vale citar otra entrevista a M. Foucault que no es la indicada por L. D. Fernández Lounge-
Por último, en una nueva reducción hermeneútica (de como leer una obra y los efectos de lectura), el filófoco pret a porter señala que"los únicos que quieren casarse son los Gays", operación de cuantificación y tipicamente filosófica, de un particular abstrae un universal. ¿Cuáles, quienes, que colectivos, que autores proponen una matriz heteronormativa del casamiento, en este caso homosexual?. En consecuencia, el artículo tiene un final o más bien un remate que me deja atónito: ya que los Gay (asociados a los Queer studies) solo reclaman "matrimonio yá", debemos darnos cuenta que la historia de la sexualidad va más allá de la union institucional del matrimonio y propone vinculos eróticos libertinos pero paradojicamente (invierte la carga de la prueba) es central en las prácticas heterosexuales contemporáneas.
Copyleft 2009 / WalterEgo y Martin De Mauro

Foucault, y una erótica libertina hétero


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La publicación de la Historia de la sexualidad (1976-1984) de Michel Foucault es pasible de ser pensada como la irrupción de una erótica contemporánea. O bien, la posibilidad de pensar la sexualidad como ars erótica -al modo de China, India o Grecia- y no como sciencia sexualis -en ligazón con la tradición confesionaria típica de Occidente: del cura al psi. Pero, sobre todo, la Historia de la sexualidad es un texto fundante de una manera innovadora de pensar el sexo, el género y las prácticas sexuales. También podemos leerlo como una ontología del presente inédita en relación al cuerpo y el placer. A grandes rasgos, habría dos aproximaciones: 1) la queer o gay a partir de la lectura de Judith Butler, y otros acólitos, 2) la heterosexual -aún poco abordada-, a partir de la lectura de Michel Onfray, particularmente en Teoría del cuerpo enamorado. Libro coptado con mayor o menor razón por los queer studies, la Historia de la sexualidad no es -y esto Foucault lo deja en claro en un diálogo con Wade cito en la biografía de James Miller- una obra que tenga que ver con la liberación gay. Lejos de eso, es un análisis de una densidad y lucidez extrema sobre los tres grandes ámbitos de relación del cuerpo -consigo mismo (dietética), con los otros (erótica, aphrodisía) y con la verdad (filosofía)-. Es un tratado sobre la constitución de la subjetividad a partir de los rastros de las escuelas de pensamiento del helenismo postaristotélico. Y, en consecuencia, el esbozo de un nuevo sujeto, ya librado de la medida ilustrada.


La apropiación al texto a partir de lecturas de movimientos prototípicos con la época de publicación no es la única recepción posible. Hoy la Historia de la sexualidad tiene más vigencia que nunca. Y lejos de encorsetarse hacia un guetto, se abre hacia el planteo de un erotismo solar -como diría Onfray- sea hetero, bi o gay. Una erótica de la libertad.

Es curioso: en tiempos dónde los únicos que quieren casarse son los gays -ergo, consolidarse en una matriz típica del conservadurismo heterosexual y de los deberes de una económica- el pensamiento de Foucault no se cansa en destacar el valor noble y generoso de una ética de la amistad. Foucault diría: sí a la amistad, no al matrimonio. Un pensamiento tan estimulante y brillante como el foucaulteano quizá nos lleve a la lógica de colocar a la Historia de la sexualidad como, paradójicamente, un libro central para una nueva erótica heterosexual. Una ética libertina contemporánea.
Extraído de LDF Lounge

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