Ontologias de la espera: Zama amaZ






Spoiler alert
"A las victimas de la espera " Antonio Di Benedetto
"No le temas al abismo" Fabulosos Cadillacs
Hace unos años Santi Guindon me presto Zama. Lo lei en un verano sin pena ni gloria con la atencion dispersa de quien se asoma por primera . Hace 3 dias Ana Neuburger compro "un mono en el remolino" de Selva Almada, un diario de crónicas o mejor un libro de paisajes corporales y escenas fenomenologicas sobre el rodaje de Zama la pelicula de Lucrecia Martel.
Con escenas preciosas, de una fotografia increible y escenografias muy cuidadas, Zama de Martel logra construir una temporalidad de la espera atada a la perdida de la esperanza (ese nudo extraño que hace de la postergacion una dilacion infinita). En ese proceso, cargado de un clima en descomposicion (el ambiente sonoro es clave, Don Diego de Zama es el protagonista de un camino hacia desubjetivacion y ligado a los bordes de lo occidental y lo humano ( la lengua qom y guaraní indescifrable o los animales circunando en entorno) un periplo hacia lo impersonal.
En Zama de Martel el aparato burocratico y colonial se revela en toda su decadencia o en la cadencia de la ruina. Alli donde Zama es narrada desde la periferia geocultura de la metropolis , Don Diego se torna un personaje sin atributos , un funcionario periferico en un aparato fantasmal-inexistente.
Si la primera mitad de la pelicula recrean ese clima de la caida de Don Diego, la ultima parte hace de lo impersonal un procedimiento para engordar los sentidos (de nuevo, los sentidos sonoros pero tambien pictoricos), desde los cazadores indios todos enrojecidos por pigmentos hasta un ejercito de ciegos que transitan en la noche del bosque humedo y barroso. Una escena muestra un ritual enigmático, en los avernos de la selva o en ningun lugar, de una escenografia y un compas ensoñado.
La erotica y los cuerpos sexuales en Zama son parte de ese mismo periplo a ninguna parte, a la dislocacion de los lugares asignados. Don Diego mantiene una relacion idilica con quien pretende su amante pero tambien Zama tiene un hijo bastardo y una amante india. Como la familia o la unidad nuclear, esas formas se hallan desplazadas.
Para Don Diego no hay segunda vuelta ni rendencion posible, solo la espera sin proyecciones o esperanzas futuras, quizas solo le quede la inercia de mantenerse en la marcha en esa ultima mision, ya venido a menos, pasado en años, roido en cuerpo por un aparato que se cae a pedazos o por un poder disciplinante que se fragmenta en mil pedazos (la corona española y su periferia interior expandida). O porque no, se trata de un tiempo en transicion y superposiciones de poderes, ante un viejo regimen de texturas y prácticas rancias se asoma otro de presunta inventina dinamica y renovadora. De uno u otro modo, el poder colonial o el ascenso del comercio burgués representado por el mercader oriental de licores y destilados, todo finalmente cae y decae en la cronologia temporal de Zama.
Por ultimo, el foco aborigen y el entorno animal, sumado a una geografia tan acuosa como remota, hacen de Zama una forma o un arquetipo de una obedencia que no conduce a ninguna lugar (ni al progreso, ni al futuro ni a una mejoria material inmediata).
WalterEgo & Martin De Mauro Rucovsky Copyleft 2017

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