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noviembre 18, 2009

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Memento Mori

The NeverEnd Story (1: Memento Mori) from Alex Moeller on Vimeo . Merci Mati Krause

La revolucion de los nadie: biopolìtica de las poblaciones

Suelen ser curiosas las intersecciones entre ficciones literarias (y particularmente el aspecto premonitorio de la ciencia ficciòn como modo de crear realidades distópicas) y la densidad de "lo real". Los caminos que atraviesan las fantasías de lo imposible y la narración de lo ocurrido, suelen ser paralelos, como todo el flujo de lo inconsciente con la propia materialidad de lo-que-sucede cotidianamente van en paralelo y simultàteno. La pelìcula La terminal, protagonizada por T.Hanks y C.Z.Jones de algun modo vaticinaba o daba cuenta de aquellas fronteras porosas y fuertemente vigiladas entre las naciones, los paìses y el control de los cuerpos. El filme narra las peripecias de un ciudadano eslavo-bùlgaro (de la ex-URSS)que recien llegado a los Estados Unidos pierde literalmente su derecho a una nacionalidad. A causa de una presunta revuelta en su paìs natal, el control de migraciones no reconoce su paìs como existente, y por lo tanto aquella identidad inscrita en su cuerpo:

Paris está en llamas

Una pequeña fama I / Introducción Uno de mis personajes preferidos de “París en llamas” es la gran Dorian Corey. El lugar que esta legendaria drag queen ocupa en la película de Jennie Livingston es bastante ambiguo, pero sospecho que de allí proviene la sobrada lucidez de su análisis. Dorian es la única blanca frente a cámara, y se refiere a un fenómeno que involucra casi exclusivamente a negrxs y latinxs. Por otra parte, ha estado en el circuito de los bailes drag desde los años 60’; suficiente como para mirar con cierta distancia los cambios que a finales de los 80’ afectan a este movimiento. Su voz, podría decirse, está casi tan desterritorializada como la de la propia Livingston; al punto que no es difícil advertir cierta alianza teórica entre la directora y Corey, cuyas intervenciones prácticamente abren y cierran el film. Aún así, quisiera poder comenzar a escribir con la sobriedad que destila Dorian Corey al maquillarse. Quisiera tratar mi discurso como ella trata su peinad

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